Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

Vistas de página en total

sábado, 31 de diciembre de 2011

Balance anual

Como cada año por estas fechas, siento la infrenable necesidad de hacer un balance de lo que ha sido este 2011 para mí. Año que me atrevo a calificar como uno de los mejores de mi vida, incluso con la posibilidad de que sea el mejor de todos los hasta ahora vividos. Tenía pensado hacer un pequeño recorrido por cada mes, pero prefiero resumir este gran año sin entrar en demasiados detalles.

Este 2011 me ha regalado muchas cosas. Cumplí cuatro de mis sueños más bonitos. Disfruté de un partido de mi equipo en directo; tuve el honor de ver un "musical" del más grande de los cómicos; después de 10 años por fin, POR FIN pude verle a escasos centímetros; y, cómo no, empecé la carrera de mis sueños. En éste último sentido, 2011 ha sido un gran año, porque he empezado a meter la cabeza en el mundo que tanto me gusta y del que espero no salir nunca. Me he sentido realizada al ver que esa niña de 11 años no se equivocaba y que éste es mi camino.
También fue el año de mis ansiados 18. Los cumplí de una manera muy especial y rodeada de gente increíble. No todo el mundo puede decir que ha cumplido su mayoría de edad en Ibiza. Hablando del verano, he de decir que ha marcado mi vida. Fue totalmente un punto de inflexión en lo que a sentimientos se refiere. Aunque aún no debería atreverme a decirlo. Siempre tengo la mala costumbre de adelantar acontecimientos, pero no puedo evitarlo...

Lo único que le pido a este 2012, es que me regale tantos buenos momentos como sonrisas estoy dispuesta a entregarle. Que me deje amar, llorar de alegría, sonreír hasta que duelan los labios y disfrutarlo muchísimo. Y, ¿por qué no? También le pido que éste sea el año decisivo...

jueves, 29 de diciembre de 2011

Si supieras lo que me haces sentir... 
Si supieras que vuelcas mi mundo en tan sólo un minuto...

Porque, para qué engañarnos, no pienso demasiado en ti a lo largo del día. 
Pero cuando me hablas, cuando veo tu foto pequeñita ahí abajo... Se me ilumina el día. 
Todas las preocupaciones desaparecen y lo que me angustiaba segundos atrás, carece de sentido. En ese momento sólo existes tú y las tonterías que nos contamos. Tonterías insignificantes, sí, pero que me arrancan sonrisas. Y no precisamente pocas.
Tengo una lucha interna muy grande.
Estoy echando un pulso cabeza-corazón enorme.
Mi corazón se empeña en hacerte un hueco...

Pero no debo, no puedo... ni sé ya lo que quiero.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Y es que aquí dentro... se está tan bien.

El mundo gira. Gira mucho y demasiado deprisa. Y yo me mareo. No consigo seguirle el ritmo a la vida. Lo que ayer lo veías cristalino como el mar, hoy se torna oscuro y peligroso.
Estaba decicida a volver a salir ahí afuera, y encontrar lo que llevo buscando tanto tiempo. Pero creo que me voy a quedar aquí dentro un poquito más. Hasta que me encuentre a mí. Porque, aunque me veo con fuerzas para intentarlo, ahora mismo hay demasiados caminos, demasiadas opciones, y no sé cuál coger. Quiero estar segura de cuál es la menos dolorosa, la del final feliz...
Aunque me cueste.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Y si no lo miras... ¿cómo lo ves?

Llegaste pisando fuerte. Tan fuerte, que tus pasos dejaron unas huellas muy marcadas en la arena de la orilla de mi esperanza. Quería seguirlas, pero se han parado en seco. Sin un destino claro, sin llegar a ningún lugar. Y yo que me empeño en seguir tus pasos, me he caído en la profundidad de esas huellas, y ahora me cuesta tanto salir...

Necesito un pequeño empujón, que alguien me lance una cuerda y me ayude a escalar. Y volver a tierra firme. Para saber si esos pasos por los que me siento atraída sin explicación, han aumentado o no. Saber si puedo continuar recorriendo ese camino que tú mismo marcas o, por el contrario, retroceder y volver al punto de partida, borrando las huellas tras de mí, para no volver a caer en la tentación de seguirlas y descubrir de nuevo que no llevan a ningún lugar.
Quizás lo único que necesite sea tiempo y esté haciendo un mundo de algo insignificante, pero lo cierto es que cada día que paso aquí abajo, sin poder salir de esta profundidad, es un día mas de desesperación, un día mas sin saber que pasa ahí afuera. 

Pero soy consciente de que debo luchar, que no puedo retroceder sin intentar que los pasos aumenten, que puede que esta vez esté en mi mano el destino de este nuevo camino que me sorprendió cuando me había quedado sin alternativas y me disponía una vez más a regresar al camino del dolor...

 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Llama a la puerta de la habitación, y la mejor se sus sonrisas se dibuja en su cara pensando en la persona que la va a abrir de un momento a otro. La puerta se abre y ahí está él, sorprendido, no esperaba que fuera a ir a verlo.
-¿Qué haces aquí? Estoy solo, ¿eh?
-Lo sé. Sólo quería verte.
Y sonríe. Y él le devuelve la sonrisa. Y ella sonríe aún más.
Le abre la puerta y ella entra. Se sienta en la cama mientras él termina de peinarse en el baño, olvidándose que aún lleva el bikini y mojando las sábanas.
-¿¡Pero qué haces!? Ya no podré dormir bien esta noche, me voy a mojar entero.
Finge que está cabreado, pero es inútil, una medio sonrisa en sus labios lo delata. No puede cabrearse con ella y ambos lo saben. Últimamente ella abusa mucho de ese poder de inmunidad para cabrearlo de todas las maneras posibles, y el resultado siempre es el mismo.

Sigue observándolo desde la cama, pese a que él le ha dicho que se levante de ahí. Él se siente observado y dirige su mirada a ella. Se acerca y se sienta a su lado. Le explica cualquier tontería sobre las gafas de sol que lleva en las manos, pero ella no lo escucha. Su mente viaja muy lejos de aquellas gafas. Sabe lo cerca que están. Las ganas que tiene de hacer lo que está pensando. Pero se contiene. Las consecuencias no serían nada buenas. Se levanta de la cama controlando sus impulsos.
-Me tengo que ir ya... Luego nos vemos.
Y sale de la habitación cerrando la puerta tras ella. Se apoya en la pared y resopla. "¿Por qué todo es  tan difícil?"



Una sonrisa ilumina su cara. Recuerda esos días y aquellos sentimientos. Ambos están igual de lejanos. Igual de lejos que estaba él, aunque ella lo sintiera cerca en ocasiones. El tiempo se le escapa de las manos, le gustaría volver a ese momento y hacer aquello que no se atrevió a hacer. Quién sabe lo que habría pasado. Tal vez las consecuencias no fueran malas, sino todo lo contrario...
Sacude la cabeza y aleja esos pensamientos. "Ya no puedo hacer nada, ni puedo ni quiero. Forma parte del pasado y no debería recordarlo con tanta felicidad".
Pero es débil, y otro recuerdo llega a su mente...

1:09 de la mañana. Hace una hora y nueve minutos, empezó su día. Y él aún no la ha felicitado. Está feliz. Ha recibido muchas llamadas, mensajes, cumpleaños feliz cantados en solitario o a coro por todas las personas que se han cruzado en su camino, ha salido al balcón del hotel en que se encuentra con la mayoría de sus amigos y han llovido más felicitaciones y más canciones... Pero él sigue sin felicitarla.
De repente llaman a la puerta. ¿Será él? Se pone nerviosa. La abre y ahí está él. Serio. Mirando al suelo. Lo mira a los ojos, pero sigue sin sonreír. Ella mira el reloj, intentando que se dé cuenta de que ya es su día, por si se había olvidado. Él sonríe ampliamente.
-Ya sé la hora que es. Y también sé el día que es. En los 5 días que llevamos aquí nunca había subido a tu habitación. ¿Crees que es casualidad que lo haga justamente ahora?
Entonces ahora es ella quien sonríe. La abraza con mucha fuerza y comienza a darle besos en su mejilla mientras un "muchas felicidades" suena en sus labios. Nunca antes la había abrazado así. Y duda que vuelva a hacerlo en mucho tiempo. Aprovecha el abrazo, lo disfruta. Disfruta de él, de su cercanía. Desearía que el tiempo se parase y quedarse abrazada a él un ratito más...

Esta vez ya no sonríe. Ahora es dolor lo que hay en su cara y suspira. La herida que tanto le había costado cerrar comienza a abrirse un poco. "¡BASTA!", se dice a sí misma. Vuelve a sacudir la cabeza y centra su mirada en el libro que tiene delante. Se olvida de aquellos tiempos, de ese fantástico verano del 2011 que siente ya muy lejano. Con un poco de esfuerzo, logra calmar la herida y se concentra en lo debe en esos momentos.
-¿Estás bien?- la sorprende su compañera de clase.
-Sí es sólo... que no entiendo muy bien lo que está explicando el profesor ahora mismo, pero no te preocupes- y esboza media sonrisa.

A pesar de tener una nueva ilusión en su vida, aún pasarán meses hasta que esa herida se cicatrice del todo... Y ella es consciente de ello.

lunes, 28 de noviembre de 2011



Sin pararnos a pensar que puede haber algo ahí afuera esperándonos. Nos empeñamos en vivir la vida que nos ha tocado, resignándonos, sin buscar algo más allá. Permitiendo que los demás nos digan qué somos capaces de hacer y qué no. Esperando que pasen los días, sin saber que el día menos pensado puede marcar un antes y un después. Pero ese día hay que buscarlo.

El miedo a lo desconocido es muchas veces el culpable. Estamos tan acomodados con la vida que nos regalan, que somos incapaces de intentar una nueva aventura. La vida consiste en eso, en hacer locuras, en equivocarse, caerse y volverse a levantar. Y empezar de nuevo. Nunca rendirse. Luchar por lo que quieres, pero sufriendo en el camino. Nadie dijo que fuera fácil. Lo que realmente merece la pena, cuesta conseguirlo. Utilizar los sentimientos que nos hacen daño como combustible para seguir adelante.



Atrévete a intentarlo, sal de la oscura caverna y... sube hacia la luz.
 
Al fin y al cabo, nadie entra en tu vida por casualidad, y nadie sale de ella sin ningún motivo. Todo está programado. Absolutamente TODO tiene un porqué. Así que... por mucho que suframos, el final siempre debe ser bueno. ¿No?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Me siento fuerte para dibujar un nuevo amanecer.

Ya no estoy rota de dolor y rabia y al mirar su cara ya no siento nada.


Vuelvo a acostarme con una sonrisa difícil de borrar, y me despierto con la misma cada día. Vuelvo a creer en la magia, en que no hay nada imposible. Mis ojos derraman ilusión cada segundo. Quiero saber más. Conocer más. Que seamos más. Quiero intentarlo. Que quieras intentarlo. Quiero darme otra oportunidad...

miércoles, 9 de noviembre de 2011



Una nueva ilusión,
alguien que despierte de nuevo mi mejor sonrisa con sólo una mirada...

lunes, 7 de noviembre de 2011

Siete de noviembre.

  Si al empezar el año me hubieran preguntado qué dos días elegiría para disfrutar como una enana, tengo muy claro cuáles habría elegido: 16 de agosto y 7 de noviembre. Mi cumple y el de ella. Mis 18 y los de mi mejor amiga. Lo lógico es celebrar tus 18 años con las personas que más quieres, incluida tu mejor amiga, al igual que celebras los suyos y los esperas con toda la ilusión del mundo. Pues no es mi caso. 
El día de mi cumpleaños yo estaba lejos, y ella estaba aquí. El día del suyo, yo estoy aquí y ella está lejos. Para cualquier persona esto sería una verdadera putada, y de hecho lo es, pero lo intentamos llevar de la mejor manera posible. 
Oírla cantándome cumpleaños feliz a las 23:55 del 15 de agosto me hizo muy muy feliz, a penas podía reprimir las lágrimas, aunque no la viera, la sentía más cerca que nunca. Y bueno, felicitarla a través de una videollamada con un mechero simulando un número 1 y una vela en forma de 8 encendidas esperando esa brisa de tu boca que no iba a llegar, es una forma especial de decirte cuánto me importas, ¿no? Y ya sabes que no es precisamente poco.

 Qué irónico. Tus últimos cumpleaños me he despertado a tu lado y hoy, el día en el que cumples esa ansiada cifra, estamos a unos 500 kilómetros. Duele sentirte tan lejos, claro que sí, pero lo bueno que tiene nuestra amistad es que ya es tan sólida que los pequeños contratiempos como este no hacen más que fortalecerla un poquito más, si es que eso fuera posible. Porque por muy lejos que estés, yo te siento aquí a mi lado. La distancia es sólo física, y me encanta seguir contándote mis chorradas y leer escuchar las tuyas. Ha sido difícil acostumbrarme a tu ausencia, pero cada día que pasa estamos más cerca de vernos, y eso me ayuda a seguir hacia adelante. Además, ver que eres feliz ahí, en Madrid, cumpliendo tu sueño, es una razón más para levantarme con una sonrisa en la cara diaria.

 Saber que tienes una persona día y noche dispuesta a escucharte, consolarte o reír contigo, es uno de los regalos más maravillosos del mundo. Y yo te tengo a ti. Y no sabes lo afortunada que soy. Porque cuando pienso que nada tiene sentido, cuando me canso del mundo y quiero tirar la toalla en todos los aspectos de mi vida... me miro la mano derecha. Y ahí me encuentro un anillo. Una alianza que me recuerda que no estoy sola. Que hay alguien acordándose de mi y además  probablemente lo esté haciendo en ese mismo momento. Y entonces... sólo puedo sonreír. Y todo vuelve a recobrar sentido. Porque ese anillo no es una alianza más de las típicas que regalas a tus amigas del colegio y te sorprendes a ti misma encontrándotela en un cajón 2 ó 3 años mas tarde. No. Ambas sabemos que esto es para siempre. Que nada ni nadie podrá separarnos. Que nada ha podido con nosotras, incluso a pesar de que algunas veces ha habido motivos. Sabemos que esto es para siempre. Porque si tengo que dar la cara por ella y jugarme ciertas cosas que no quiero perder, lo hago. Y lo hago sin necesidad de que ella me lo pida, porque sé que ella haría lo mismo.


 Sé que todo esto lo sabes de sobra, pero joder, es el día de tu cumpleaños, tengo que recordartelo sí o sí. Hay una norma no escrita que obliga a hacer algo especial por las personas que quieres cuando celebran un año más de vida, aunque hay casos en los que no es necesario e incluso apetece recordarlo en cualquier otro momento, por simple necesidad.

 Sólo me queda desearte un FELIZ CUMPLEAÑOS, aunque tu día esté acabando. Que seas muy feliz SIEMPRE y que me sigas regalando tu compañía duranto muchísimo tiempo más. Porque yo, sin ti, ya no puedo.

sábado, 29 de octubre de 2011

Un sueño en realidad.

¿Sabéis lo que es estar durante 10 años, con todos sus días pensando en la misma persona? ¿Tener una única voz en la cabeza cada minuto que pasa? ¿Ser feliz simplemente sabiendo que él existe? Yo sí. El 22 de octubre se cumplieron 10 años de algo muy grande.10 años desde la primera vez que lo vi, 10 años desde que entró en mi vida. Es cierto que no sólo entró en la mía, sino en la de muchas personas a la vez, y obviamente él no era consciente de ello. No era consciente de la magia que estaba despertando en mí desde la primera nota de ese No importa la distancia. Es curioso el alto nivel autobiográfico que tiene esa canción para ti. Porque sí, has llegado. Has llegado a donde te mereces y aún queda mucho camino por recorrer. Y ten por seguro que yo lo recorreré junto a ti, aunque nunca seas consciente al 100%, sabes que somos muchas las personas que estamos ahí día a día agradeciendote cada pequeño detalle que nos dedicas. Cada concierto, cada firma, cada disco. 

Sólo me salen palabras de gratitud para ti, porque en el camino que llevamos andado, sólo me has dado alegrías. He disfrutado de ti menos de lo que me habría gustado, pero algo me dice que lo mejor empieza ahora. Porque a los 8 años es normal sentir un encaprichamiento tan fuerte por alguien. Y a los 12. Pero es ahora, a mis 18 años, cuando realmente me doy cuenta de lo que significas para mí, y cuando me siento capaz de esbozar una pequeña definición de este sentimiento tan fuerte que se ha acomodado tan dentro de mí y no tiene intención de salir. Y es que, sin ti, ya no puedo. Ni puedo ni quiero. Le pese a quien le pese, David Bustamante forma parte de mí. Estoy compuesta de un pedacito de él, y todas las personas para las que significo algo en sus vidas lo saben, aunque no siempre lo acepten. 

 Y, ¿qué mejor manera de celebrar este décimo aniversario que viéndote cara a cara por primera vez? Porque una cosa son los conciertos, pero otra cosa muy diferente es darte dos besos y ver tus ojos de cerca.

 Gracias David, gracias por todo esto, de verdad. Gracias por 10 años, por 7 discos, por 4 conciertos y por una firma. ¿Lo mejor? Saber que no acaba aquí. Como tú bien dirías, ...Y SEGUIMOS!!!


Sólo respiro... el aire que me das.
 Ya no puedo caminar en el espacio de lo que viví, sólo junto a ti...
No existe nadie que pueda completar mi vida como lo haces tú.
Vuelvo a oír tu voz diciendo "aquí estoy yo"... Me salvas.
¿Cómo puedo arrancarte de mi vida?, si mi vida eres tú...
Y que tu sonrisa sea siempre igual.
Eres mi poesía, la razón para soñar.
El resumen mas perfecto de mi sueños.
El tiempo pasa y cada vez es más lo que estás sembrando en mí.
Sólo respiro... el aire que me das.


















No fue un sueño.
FUE UNA VOZ.
Y es una realidad... 

martes, 18 de octubre de 2011

 Y así, entendió que la felicidad era eso: afrontar las cosas como vienen y disfrutar con cada pequeño regalo del destino.

Ver cómo poco a poco tu vida toma el camino que siempre has soñado es uno de los mejores regalos que pueden hacerte. Ser feliz con lo que tienes, no hay cosa más bonita. Tener unos pilares fundamentales en tu vida y saber que, por muy lejos que estén físicamente, en realidad están más cerca de lo que puedas llegar a imaginar. Pilares a los que aferrarte con todas tus fuerzas cuando ves que vas a caer, y que estén incluso dispuestos a levantarte o amortuguarte cuando la caída es irremediable. 
Levantarte cada día con una sonrisa y estar impaciente por ver qué te espera el día de  hoy. Sí, se puede disfrutar con la rutina. Porque cuando te gusta lo que haces, cada día es una aventura nueva de la que no conoces el final.
Y lo que tenga que ser, será. Sin prisas. Las cosas tienen su momento, y llegan precisamente cuando dejas de esperarlas. ¿Por qué? Y yo qué sé. Yo me limito a improvisar en este gran teatro que es la vida. No busques explicación a todo lo que te ocurre. Simplemente serán... caprichos del destino.


sábado, 15 de octubre de 2011

Quiero pensar que en la vida todo pasa
Quiero crecer, si estás cerca de mi piel
Quiero volver a vivir toda esa magia
la que a veces nos abraza y nos hace sentir bien.

Quiero llegar a querer con todo el alma

Quiero poder dar de mí lo que no ves
Quiero perder todo el miedo que acompaña
Que bloquea y que me engaña y que no me deja ser.

Y cuidaré todo lo que me regalas

Y me dejaré cada día sorprender
Y viviré cada instante con la calma,
Gracias, vida, por tus armas,
  voy a aprender a usarlas bien...

 

viernes, 7 de octubre de 2011

Querido diario:

Ya hace un mes y un día desde el momento en el que di el paso. No fue algo que había planificado con antelación, pero ocurrió así. El dolor es menos fuerte de lo que pensaba, ciertamente empezó a cicatrizar demasiado pronto quizá. No estaba en mis planes a corto plazo hacer lo que hice, pero ya no podía aguantar mucho más tiempo con la duda. Lo cierto es, que no puedo evitar seguir sintiendo ese cosquilleo cuando le miro a los ojos, pero sólo cuando le miro a los ojos. Podría intentar pasarme el resto de mi vida evitando su mirada, si fuera necesario. Pero, por suerte o por desgracia, odio huir de los problemas: así como yo misma me los busco también creo que debo plantarles cara. Mi corazón ha hecho un esbozo de principio de ilusión en estos días. ¡Qué digo uno! Varios. Quizás demasiados, y demasiado precipitados. Y por lo visto también ha decido cerrar la puerta que parecía empezar a abrirse poco a poco. Sí, lo sé, no lo entiendo ni yo. Quizás le dé miedo volver a exponerse al mundo real y quiera quedarse en su cajita de cristal un poco más de tiempo. Al menos ahí nadie le molesta ni le hace daño. Quiero, de verdad que quiero romper esa cajita de cristal, pero ya definitivamente. Quiero encontrar a la persona que cuide de él mejor que yo, porque últimamente me cuesta mucho tenerlo contento. Y voy a buscar como una loca hasta dar con él. Porque sé que hay alguien ahí fuera que tiene la llave de la cajita, sólo falta que sepa qué es lo que abre...

lunes, 26 de septiembre de 2011

A tu lado todo se me olvida.




27 / Septiembre / 2010
Hoy, no sólo has llegado a mi clase, sino también a mi VIDA. Nunca antes me había pasado esto. Al verte, he tenido el presentimiento de que hoy era el primer día de una bonita amistad. Hemos hablado sólo 2 horas y ya parece que te conozca de toda la vida. Me has contado tus amores y desamores, tus problemas, tus inquietudes durante minutos que me han parecido segundos. Y es que me encanta escuchar, me encanta escucharte.

No sé, te conozco desde hace unas escasas horas, pero me gustaría que te convirtieras en mi amiga. Me encantó mi clase desde el primer día, pero sentía que me faltaba algo, que la clase estaba incompleta... claro, faltabas .

Acabo de llegar a mi casa y estoy muy feliz. Tengo muchas ganas de que llegue mañana y volver a verte, volver a encontrarme con tus ojos que me miran fijamente mientras sonríes.



Parece mentira, pero ya hace un año desde este momento. Aún sigo sintiendo un cosquilleo difícil de explicar cuando me acuerdo de cómo te conocí y de todo lo que me transmitiste en a penas unas horas. 
Por mucho que lo intento, soy incapaz de encontrar las palabras exactas para definir cómo me hacías sentir los primeros días y de la conexión tan fuerte que experimenté al verte. Has sido muy importante para mí en este último curso, y tú lo sabes mejor que nadie. Eres una persona de esas que a penas quedan, de las que brillan con luz propia y hacen que tengas que sonreír aunque no tengas ganas.
¿Sabes? No es fácil que alguien consiga emocionarme con palabras, pero tú lo has conseguido siempre que te lo has propuesto. Fuiste la primera persona que me felicitó por mis 18 años, y también la primera persona en hacerme llorar siendo mayor de edad. 
Dicen que en la vida nada ocurre por casualidad, y cuando me contaste lo que te costó entrar al instituto me di cuenta de que es cierto. Alguien quería que nos conociéramos, que tú formaras parte de mi vida y yo de la tuya. Gracias por endulzarme las mañanas.
Tienes la habilidad de hacer que se me olviden los problemas cuando estoy contigo, y sólo tenga ganas de reír, reír hasta que me duela la mandíbula. Porque contigo todo es más fácil.
Recuerdo cuando estaba tranquilamente en mi casa y mi móvil empezaba a vibrar, veía que en la pantalla ponía "María Padre" y mi cara dibujaba una sonrisa perfecta. Hablabamos sin parar, nos contábamos de todo, hasta que de fondo se oía a tu padre decir que colgaras, a lo que tú contestabas "pero si acabo de llamar...". Los días que faltaba a clase y justo después de comer me decías "hoy te he echado de menos, pequeña Mary Mosby" con tu voz de niña pequeña que tanto me gusta. Las tardes en la biblioteca, que fueron pocas, pero intensas, en las que a penas estudiábamos.
Has sabido cómo ganarme, compartiendo mis gustos, escuchándome cuando más lo necesitaba. Fuiste la única persona que lloró conmigo el adiós de Ángel Martín y el fin de toda una era. De hecho, en una semana me acompañarás a cumplir un sueño. Me encantaba llegar a clase a las 8 de la mañana, que me recibieras con una canción de Bustamante (de quien, por cierto, tenemos un concierto pentiente) mientras te decía que por favor no estropearas una canción tan bonita y tú me pegabas fingiendo que te enfadabas.

Lo mejor de todo es saber que esto no acaba aquí, ni mucho menos. Recordaré todos los 27 de septiembre del resto de mi vida como el día en el que María Olmos Garre entró en mi vida, te lo prometo. Al igual que te prometo seguir sintiendo ese cosquilleo cada vez que te vea...



Recuperar las ganas locas.

Volver a ilusionarme con alguien hasta el punto de no querer que nadie se entere, que sea un secreto entre los dos, por el momento. Que cuando hable con él no se me quite la sonrisa de la cara, y que mis ojos brillen tanto que la luz del Sol sea innecesaria. Sentir otra vez ese cosquilleo de que es posible, y hacer todo lo que esté en mi mano para conseguirlo. No ponerle escudos a mi corazón, dejar que se mueva a sus anchas y que sienta al máximo. Quedarme hipnotizada en sus ojos y saber que en ese preciso momento, nuestros corazón laten al unísono.
Tener algo por lo que despertarme con una sonrisa de oreja a oreja todos los días, y que en el transcurro del día no se agote, que me dure hasta la hora de dormir...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Quédate conmigo y me orientas...


Déjame ser tu paracaídas...


Sólo quiero hacerte saber, amiga, estés donde estés que si te falta el aliento yo te lo daré. Si te sientes sola, háblame, que te estaré escuchando aunque no te pueda ver...


Con el tiempo, te das cuenta de qué personas merecen seguir en tu vida y quienes no. Por quién vale la pena jugarse todo y quien no se merece ni un segundo de tu tiempo. Y cuando encuentras a una de las personas del primer grupo, no quieres que se aleje nunca de ti. Pero a veces llega el momento de las despedidas, temporales, sí, pero no por ello menos dolorosas. Porque la vida es un camino que se compone de pequeños tramos, y no todos los vives con las mismas personas a tu alrededor. En ocasiones tienes que alejarte de los que más quieres para poder seguir tu propio camino independiente, para hacer lo que realmente te gusta con tu vida... al menos por el momento. Entonces es cuando llega lo peor, el momento de despedirte de aquellos que te han acompañado tanto tiempo.

Si nunca me han gustado las despedidas, tratándose de ti puedo llegar a odiarlas. Pero el momento se acerca, cada vez queda menos para ese "hasta luego". Creo que es el hasta luego más duro que voy a decir en mucho tiempo. Pero obviamente es lo que toca, así que habrá que afrontarlo de la mejor manera posible. Sería muy fácil decirte que no quiero que te vayas, que la vida es mejor contigo aquí y que te voy a echar de menos cada día que no te vea, pero este pequeño tramo nos toca recorrerlo separadas. Te deseo toda la suerte del mundo.

Gracias por aparecer en mi vida, por llenarmela de sonrisas y buenos momentos. Gracias por dejarme formar parte de la tuya, por confiar en mí y ser un apoyo de los más grandes que tengo.

Me quedo con la ilusión de saber que cuando estés perdida por Madrid y de casualidad escuches alguna canción de Bustamante, sonreirás acordándote de mí.


Hasta pronto, amiga, te quiero.





lunes, 12 de septiembre de 2011

Cuando empieza lo mejor

Ha llegado el momento. Eso que llevo esperando desde niña. Sí, voy a empezar la universidad, y las ganas invaden cada uno de los poros de mi piel. Va a ser un cambio de vida total, ciudad diferente, horarios diferentes, compañeros diferentes... 
Al fin voy a encaminar mi vida por lo que más me gusta. Voy a estudiar la carrera de mis sueños. Me gustaría viajar en el tiempo 7 años atrás y encontrarme con aquella niña ilusionada para poder decirle que sí, que finalmente lo iba a lograr, que no era un capricho más. Que todo saldrá bien, y allá por septiembre de 2011 ya será oficialmente estudiante de Derecho.
Dicen que la universidad es la mejor etapa de la vida, y que los amigos que hagas en ella no los vas a olvidar nunca. Estoy a punto de comprobarlo. Tengo unas ganas locas de empezar con esta locura, de que me salgan ojeras a más no poder y reirme en la cara de los que me dicen que "no hay verano sin Romano".

Y que dentro de 4 años me apetezca volver a este instante para decirme a mí misma que lo he conseguido del todo. Que ha sido una experiencia inolvidable, y sonreír ampliamente al descubrir que no me equivoqué, que elegí lo mejor.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Miedo.

Es la palabra que ronda mi mente los últimos días.  
¿Miedo de qué? Pues miedo de interesarme demasiado por una persona que no debo. Miedo de volver a ilusionarme y que no vaya a ninguna parte. Miedo, porque a pesar de que alguien nuevo esté entrando en mi vida, no quiero que tú salgas. Miedo de perderte. Miedo de la conversación que tenemos que mantener sí o sí en un perído de tiempo no muy largo. Miedo de tu respuesta. Miedo de mi reacción...
Miedo de los sentimientos desordenados que tengo aquí adentro.

Porque cuando empiezo a creer que puedo sentir algo nuevo por alguien, apareces tú, recordándome lo maravillosa que sería la vida a tu lado, lo feliz que podría ser, y lo mucho que te quiero
Pero no haces nada por demostrarme si hay un mínimo de reciprociedad en todo esto... Y mi cabeza loca no hace más que darle vueltas a todo... con tus ojos como imagen fija en ella. 
Sé que tengo que dar el paso. Que debo darlo. Plantarle cara, ponerle fin a este cúmulo de incertidumbres que ha decidido invadirme sin propósito de abandonarme pronto. Y salir de dudas. Para bien o para mal. Y empezar de cero. Contigo o sin ti, pero de cero. Eliminar cualquier sentimiento no relacionado contigo... o por el contrario no sentirme culpable por interesarme en otro, incluso volcarme en él al 100%... y así intentar sacarte de mí con más facilidad. Intentar. Al menos, intentarlo... Aunque no quiera. Aunque me cueste horrores y miles de lágrimas...

lunes, 29 de agosto de 2011

Párate a pensar.

La ciudad en la que vives, el color de tus ojos, tu nombre, tu familia. Nada de eso es algo que puedas elegir. De algún modo, incluso podría decirse que tus amigos tampoco los eliges tú, porque los has conocido en algún lugar, en alguna situación que tampoco depende de ti. Por ejemplo, en el colegio. Si hubieras caído en una clase diferente tendrías otros amigos. Y quizás hasta serías de otra manera. 
Lo que quiero decir es que en esta vida, casi todo nos viene impuesto. Son muy pocas las cosas que podemos elegir. Ni siquiera eliges la persona de la que te enamoras. Simplemente ocurre. Quizás la conocías de hace tiempo, o tal vez es un flechazo, pero el caso es que no es algo que puedas elegir.
¿Quién sabe qué habría pasado si no hubieras estado en el momento indicado, en el lugar indicado? Podrías ser una persona completamente diferente.
Algún día comprobarás que nadie entra o sale de tu vida por casualidad.
Y, tal vez nunca lo sepas, pero, ¿quién te dice que el hecho de que seas quien eres no se debe a un momento concreto de tu vida? La vida es así. Caprichosa, juguetona, incalculable. Pero esa es una de las maravillas de vivir. No saber qué te va a ocurrir mañana, pero tener la certeza que es justo lo que tiene que ocurrir.



jueves, 25 de agosto de 2011

Vuelta a la realidad.

Tras 11 días en el paraíso, toca volver a la vida real. A ver las mismas calles todos los días, a empezar a prepararse para una nueva etapa y a seguir con esta incertidumbre que no me deja dormir bien.
Podría contar miles de anécdotas desastrosas y las mil veces que las ganas de volver a Cartagena se apoderaron de mí, pero sinceramente prefiero quedarme con lo bueno. Ha sido una experiencia inolvidable, difícil de definir con palabras, porque para entenderla al 100% es necesario vivirla. 
He tenido la oportunidad de aclarar muchas ideas y de enredar más aún muchas otras. He conocido personas maravillosas, y me he quedado con las ganas de conocer a otras tantas por miedo a lo que pudiera pasar en un futuro. Por miedo a reemplazar a la única persona que no quiero por nada del mundo que salga de mi vida. ¿Cobarde? Sí, es posible que lo sea. Quizás esté agarrándome demasiado fuerte a algo que no tiene un soporte lo bastante firme, pero es mi elección. Y, a no ser que llegue otra persona que me haga mirar la vida con otros ojos... pienso seguir en mis trece. Dicen que estos viajes te cambian la vida, te muestran un camino claro, pero yo ahora mismo vivo en un vaivén constante de sentimientos que me ahoga. Necesito tiempo para mí misma. Tiempo de reflexión. Para ser capaz de plantarle cara antes de saber si debo coger el próximo desvío hacia la izquierda, o por el contrario, seguir todo recto... hasta donde ÉL me quiera llevar.

domingo, 7 de agosto de 2011

Ladrón de sonrisas.

Te las ganas todas cuando estoy contigo, y cuando te vas te las llevas.

Quiero que sepas que no me voy a dar por vencida. Al menos, no por el momento. Que voy a luchar por ti todo lo que aguante. Me he dado cuenta de que la vida no te sonríe porque sí, que tienes que hacerle cosquillas de vez en cuando. Y yo se las voy a buscar por todos los medios posibles. Hasta que desista en su intento por seguir tan seria conmigo y me regale algo. Y, ¿sabes qué? Me gustaría que ese algo fueras .

sábado, 30 de julio de 2011

Sentada en el borde de la cama, mirando recuerdos congelados en el tiempo. ¿Qué fue de aquella niña soñadora que no paraba de sonreír ni dormida? Sé que no se ha ido, que sigue aquí, en algún lugar de esta nueva yo a la que a veces me cuesta comprender. Tenía tanta prisa por crecer, que planeaba cómo sería mi vida al milímetro. Cómo tendría decorada mi habitación, cómo pensaría, las mil cosas que haría... Me hacía más ilusión imaginar todo eso, que vivirlo ahora. Es uno de mis defectos, idealizo tanto las cosas, que cuando llegan a penas las disfruto, porque las imaginaba tan perfectas... que luego la realidad me las chafa. Esa niña ya no me domina, ya no manda en mí. La tengo escondida en una cajita. Pero a veces la destapo para que pueda salir. Para que pueda seguir soñando por mí e idealizando el futuro. Sí, me evado de la realidad y dejo que ella me dirija. Quizás es lo que necesito para olvidarme de que el tiempo me está ganando esta partida y ya casi no me quedan cartas buenas. Y  necesito que sea ella la que me diga: bueno, ¿y qué? si pierdo, pues se baraja de nuevo y se vuelven a repartir las cartas. Porque nunca es demasiado tarde... ¿no?

jueves, 28 de julio de 2011

Escribir.

Una de mis pasiones. 
Una de las pocas cosas que me anima en los peores días. 

Hoy quisiera enseñar al mundo algo me comencé a escribir el año pasado, allá por marzo. Y que decidí publicar en un blog tras la insistencia de algunos amigos. Lo dejé un poco abandonado, pero hoy me han vuelto las ganas y la ilusión por continuar con esta pequeña historia.
Espero que te guste, quienquieraqueseas y que me dejes tu opinión (:

http://ademasdeti.blogspot.com/

viernes, 22 de julio de 2011

¿Qué quieres ser de mayor?

- Abogada.
Decía. Y sonreía ampliamente. "Tienes que estudiar mucho, ¿eh?". Yo me limitaba a asentir. Estaba muy orgullosa de mí misma, a mis 11 años ya sabía lo que quería hacer con mi vida. Nunca había estado realmente segura, pero el 31 de marzo de 2005 algo se movió dentro de mi corazón de niña. TVE emitía una serie nueva, Al filo de la ley. Empecé a verla por curiosidad. Abogados, una serie de abogados. Me gustó, me gustó muchísimo. Al terminar, lo tenía claro: "Mamá, de mayor quiero ser abogada, ¿vale?". Toda mi familia se reía, pensando que era un capricho pasajero, lo normal en una niña de 11 años, y que pronto cambiaría de opinión. Pero se sorprendieron cuando descubrieron que lo decía totalmente en serio, que había encontrado mi vocación e iba a perseguirla a toda costa.


6 años después, sigo pensando absolutamente igual. Quiero estudiar Derecho. Estoy enamorada de esa carrera. Me da igual dormir menos por pasarme noches enteras estudiando, me da igual que me salgan callos en los codos, me da igual todos los contras posibles. Lo necesito. Y veo como mi sueño se aleja a una velocidad vertiginosa. 
Mamá, quiero ser abogada...

viernes, 15 de julio de 2011

Eres para .
Me lo ha dicho el viento.


Ahora llega mi momento, no pienso renunciar, no quiero perder el tiempo.

miércoles, 13 de julio de 2011

13/07/2011

Aún siendo consciente de que no lo vas a leer, me veo con la necesidad de escribirte. Llevo unos días sintiendo una presión en el pecho que me ahoga. Creo que estoy malinterpretando tus señales, pero es que no paro de pensar que estás empezando a corresponderme. Vale, ¿qué señales?, dirás. Quizás sí que esté un poco paranoica, pero es lo mínimo que se puede esperar de alguien como yo estando enamorada de alguien como tú. No sé si vas, si vienes, o si estás dando la vuelta. Me mareas constantemente. Lo mismo estás todo el día pendiente de mí, que a penas me hablas. Si es un juego, para, por favor. En cambio, si lo que pasa es que tú también estás confuso porque no sabes como interpretar tus sentimientos... estoy dispuesta a seguir mareada el tiempo que haga falta. Si me prometes que al final todo irá bien, espero lo que tú quieras. Días, semanas, meses... no importa. Porque nunca había estado tan segura de algo en mi vida, jamás había tenido una certeza tan grande como la que tengo ahora mismo. Como bien dice Descartes, para estar seguros de que algo es cierto, primero debemos dudar de ello. Y sí, he dudado mucho de mis sentimientos hacia ti, pero ello sólo me ha llevado a conocerlos mejor y a darme cuenta de que son más grandes de lo que pensaba. Te esperaré, eso ni lo dudes. Al fin y al cabo... ¿qué otra cosa puedo hacer?

lunes, 11 de julio de 2011

dejar el pasado atrás...

Echar la vista atrás es bueno, a veces.
Y eso es lo que he hecho yo. Ponerme a pensar en todo lo vivido en mis casi 18 años. Y he llegado a la conclusión se que no me arrepiento de nada. Cada segundo, cada decisión tomada me ha llevado hasta lo que soy a día de hoy, y no podría estar más orgullosa de mí misma. Es cierto que siempre queda una pequeña duda, algún que otro ¿y si...?, pero si no pasó, fue porque no tenía que pasar. Nada fue en vano, cada una de mis sonrisas fue sincera y cada lágrima, un pequeño paso atrás para coger carrerilla. Ahora sólo me apetece mirar hacia adelante, con la certeza de que hasta hoy lo he hecho lo mejor posible, de la mejor manera que he sabido. Enfrentandome a mis miedos, esquivando algún que otro. Quizá haya perdido a gente por el camino, pero... ¿a quién le importa? Si desaparecieron de mi vida, no serían tan importantes. Gracias a los golpes que me he dado con otros, hoy tengo junto a mí a las personas que más quiero, a los que van tirando de mí día a día, los que intentan que no caiga y en el peor de los casos me hacen de airbag. Porque sí, afirmo con la cabeza bien alta que soy quien quiero ser.




viernes, 8 de julio de 2011

Intenta pensar en este instante. El tiempo que tardas en pensarlo, es el suficiente para que ya forme parte del pasado, y lo mismo ocurrirá si te pones a meditar sobre este otro. El tiempo se nos escapa de las manos con una facilidad asfixiante. Los días pasan demasiado rápido, y siempre crees que no los aprovechaste todo lo que podías; que malgastaste más tiempo del debido pensando en aquella persona, y por el contrario no dedicaste suficiente a aquella otra. Todo sería mucho más fácil si alguien nos dijera qué debemos hacer en cada momento, si cuando aparece alguien nuevo en nuestra vida, supieramos desde el principio qué clase de relación vamos a tener con él y cuánto tiempo va a durar. Lo mismo con los amigos: no estaría nada mal saber quién te va a dar la puñalada y con quién puedes contar realmente. Pero, esta es la magia de la vida, que tienes que aprender a vivirla tú mismo, sin que nadie te ayude... aprovechando cada segundo, para que cuando eches la vista atrás no te arrepientas de ninguna decisión que tomaste. Viviendo con la sonrisa bien alta y los ojos bien abiertos, para no perder detalle de nada de lo que pase a tu alrededor.

miércoles, 6 de julio de 2011

Hoy parece que el universo conspira contra mí. He salido a la calle y cada tres pasos que daba me encontraba a una pareja manifestando su amor de una manera u otra. Unos iban de la mano, otros se besaban juguetones sin importarles que los estuvieran mirando. Y de repente, nos he visto a nosotros sentados en un banco, hablando, haciendo tonterías y derrochando amor con la mirada. ¿Premonición? Me gusta pensar que es eso, y que dentro de no mucho, nosotros formaremos parte de una de esas parejas que despierta envidia entre las personas con las que se cruza. Me gusta pensar que mi destino eres tú, que mi futuro es a tu lado y que llegará el día en el que te abrace tan fuerte que no te suelte jamás.

martes, 28 de junio de 2011

Miércoles, 9 de la mañana. Acompaño a mi mejor amiga a su colegio para hacer unas preguntas y más tardes irnos a empezar con el papeleo. Mientras esperamos, se acerca alguien y la saluda. Al rato, por fin decide presentarse, aunque ya lo conocía de Tuenti por Amigos de Amigos. Hablamos un rato y me sorprendo de lo cómoda que me encuentro. Un chico simpático, pienso cuando se despide.
Tren, barbacoa, piscina, sol, amigos, más piscina, tren, casa, ducha, vadepizza, limonada y a casa. Una petición de amistad. Sonrío por dentro, sé de sobra quién es. Aún así, sonrío más al comprobarlo. Es él, claro, ¿quién si no? Empezamos a hablar, y me encuentro más cómoda aún que por la mañana. Nos parecemos en algunas aspectos, cosa que me gusta. Miro la hora y me doy cuenta de lo tarde que es, llevaba mucho tiempo sin quedarme hasta tan tarde en tuenti un día de verano, la última vez fue con... bueno, da igual.
Más días, más conversaciones, más sonrisas. Poco a poco descubro que detrás de ese chico simpático se encuentra una gran persona a la que me apetece conocer y, ¿por qué no?, pienso hacerlo. 
Cada vez me gusta más hablar con él, contarle mis cosas y que me cuente las suyas. Me encanta que tarde minutos eternos en contestarme y me suelte un Mary Mosby ( L ). Me gusta hablar con el de los 3... (ejem 4 ejem) hijos que vamos a tener, y por supuesto, me gusta que se haya dignado a escuchar a David.
Gracias por entrar en mi vida, en menos de una semana me has ganado de una manera tan discreta que a penas me he dado cuenta. Sabes que aquí tienes Mary Mosby para rato, cuando quieras y para lo que quieras. Y por favor, no lo olvides... SONRÍE.

lunes, 27 de junio de 2011

algo así. como tú

No me preguntes por qué, ni cómo, ni cuándo. Lo único que sé es que un día empecé a verte diferente. Empecé a ver un brillo especial en tu mirada que me hizo darme cuenta de que algo estaba cambiando entre nosotros, por lo menos por mi parte hacia ti. Intenté ocultarlo, negarlo de todas las maneras posibles. ¿A cuento de qué iba a enamorarme yo de ti ahora, después de tanto tiempo de amistad? No tenía ni pies ni cabeza, pero así es el amor. Espera para hacer que caigas rendida ante la persona que menos imaginabas. No quería, no podía. Todo debía ser producto de mi imaginación. Pero no fue así. Dicen que lo que buscamos lo tenemos tan tan cerca, que nos cuesta demasiado darnos cuenta. Pues bien, ya lo he aceptado. Me he enamorado de ti, de tus ojos, de tu sonrisa, de tu manera de meterte conmigo, de la arruga que se te forma el entrecejo cuando no entiendes algo, de tu voz por teléfono, de que me tires el humo del tabaco a la cara a pesar de rogarte que no lo hagas, de cómo me miras cuando digo tonterías, de que siempre tardes siglos en contestarme los sms, de tus manías, de que me piques cuando estamos jugando y vamos en equipos contrarios, de cómo te enfadas cuando te gano a lo que sea, de tu manera de pronunciar mi nombre, de esa sonrisa que pones al verme, de que nunca te despidas como a mí me gusta,  de que a pesar de todo sigas llevandolo con toda la naturalidad posible... ¿Qué quieres que le haga?  
Me enamoré de ti...

jueves, 23 de junio de 2011

Sol, arena y mar.

Es todo lo que quiero ahora.

Después de un curso durísimo, tardes enteras estudiando, noches nerviosa por los exámenes del día siguiente. Agobios, demasiados agobios. Y gente maravillosa. Necesitaba sentirme tan cómoda en una clase como me he sentido este año. Jamás se me ha pasado por la cabeza abandonar, sabía cuál era mi meta y debía lograrla. Y así ha sido. A día de hoy puedo decir muy orgullosa que tengo un 7'389 en Selectividad (sobre 10 y esperando la reclamación) y que estoy más que de sobra en Derecho.
Sólo queda disfrutar, disfrutar muchísimo del que espero que sea el mejor verano de mi vida. Y la verdad es que no ha empezado naaaaada mal.




sábado, 11 de junio de 2011


Sólo diré una palabra:
SELECTIVIDAD

jueves, 2 de junio de 2011

Todo, absolutamente todo lo que nos ocurre en la vida tiene un porqué. Quizás tardes años en saberlo, pero al final descubres que nada fue un error, y que si la vida nos quita algo es para darnos otra cosa mucho mejor. Que si tenemos que esperar por una persona, es porque realmente merece la pena, y que si finalmente todo queda en nada, alguien mejor aparecerá. No te desesperes. Vive tranquilo, tomando tus propias decisiones, sin arrepentirte de nada. Todos tenemos nuestro final feliz, y acaba llegando. No sé ni cuándo ni cómo será. Y es mejor así, porque si lo supieramos, nos precipitaríamos demasiado y podríamos tirarlo todo a la mierda. Nuestra vida es perfecta así, sin saber qué será de nosotros mañana, para poder disfrutar más el hoy.
Porque yo tampoco sé vivir... estoy improvisando.

martes, 31 de mayo de 2011

a 20 cm de ti.

Te miro. Aunque ya estoy acostumbrada a ello, se me hace raro hacerlo desde tan cerca. Pienso en que vas a ser la última persona a la que voy a ver antes de dormir y sonrío. Pero más me gusta pensar que también serás lo primero que vea al abrir los ojos dentro de unas horas. Mis dedos se deslizan por tu pelo mientras el resto del mundo desaparece para mí. Me pregunto en qué estarás pensando en este momento. Ojalá el roce de mis manos hiciera que pensaras en mí y que esta noche, quizá por primera vez, soñaras conmigo. Se te ve tan inocente así, con los ojos cerrados, que me dan ganas de abrazarte y no soltarte nunca.

jueves, 19 de mayo de 2011

Y ahora... ¿qué?

He vuelto a comprobar lo jodidamente difícil que es fingir la sonrisa. Decir a todo el mundo que estás genial, cuando en realidad estás haciendo un esfuerzo sobrehumano por contener las lágrimas. Que nada te llena, que te sobran muchas cosas y te faltan el doble. Mucha gente a tu alrededor, pero sentirte completamente sola. Porque es muy fácil decir "cuenta conmigo" pero muy difícil demostrarlo. Ya no espero nada de nadie. Así mejor. Menos espectativas conllevan menos desilusiones. No me apetece hacer absolutamente nada, y las pocas ilusiones que me hacen más ameno el día a día, se esfuman a la misma velocidad que vinieron. Aunque parezca que tardan más en irse, porque primero hay que pasar por la fase de aceptación, en la que no terminas de creertelo y sigues manteniendo la esperanza. Pero acabas asimilandolo... y ahí es cuando todo se vuelve oscuro. Y en esa oscuridad, te das cuenta de que las cosas que creías que brillaban en realidad están apagadas, y lo único que veías era el reflejo del brillo que tuvieron alguna vez, hace mucho tiempo. Y todo se desmorona. Y te preguntas, ¿qué coño estoy haciendo con mi vida? Estudiar, estudiar mucho. Estudiar para aprobar Selectividad. Para poder entrar en la carrera y entonces estudiar el triple. ¿Estudiar para conseguir seguir estudiando más? ¿Y después qué? A saber... Para una persona como yo, a la que le gusta tener planificado todo hasta el más mínimo detalle, la incertidumbre de no saber qué será de mí dentro de un tiempo es algo que me ahoga. Las personas que forman parte de mi vida... ¿estarán siempre? Y si es así, ¿cómo aguantaré? Si a día de hoy me cuesta hasta sonreirles, si a la más mínima me fallan... si estoy muriéndome del asco y no se dan ni cuenta. Si mis amigos de verdad son capaces de creer que estoy bien, debo ser una muy buena actriz. Y la única persona capaz de conseguir que todo esto cambie, está muy lejos de hacerlo. Porque aunque lo vea todos los días y lo tenga cerca, en realidad lo noto a años luz.

Pero no pasa nada, sólo necesitaba encontrar a alguien que me escuchara. Mañana volveré a enfundarme la sonrisa. Esa que guardo todas las noches en los pies de la cama y me pongo siempre  antes de salir...

martes, 17 de mayo de 2011

¿Es que todo esto no va a cambiar jamás? Tengo mucho aguante, y estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario, pero cada vez que me doy cuenta de que sigues tan obsesionado con ella como el primer día (o incluso más), una oleada de impotencia me invade y me veo totalmente incapaz de conseguirlo. Acéptalo, supéralo, ella no volverá. Pasa de una vez la página en la que llevas estancado desde Dios sabe cuándo, que ya está más que acabada. Y atrévete a empezar una página nueva, en blanco... conmigo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Porque para ver el a r c o i r i s,
primero hay que pasar por la lluvia.

domingo, 8 de mayo de 2011

El mundo de los sueños.

Noche estrellada. Luna llena. El cielo se ve más bonito cuando no estás en la ciudad. Me gusta estar aquí acostada en el césped, sintiendo la hierba húmeda bajo mi ropa. Es una suerte que haya llovido hace un rato, así el cielo está despejado y podemos ver mejor las estrellas. Siento tu mano agarrada a la mía, y eso me transmite seguridad. Ojalá este instante durara eternamente. Entro en un debate interno. No sé qué es más bonito, si las estrellas ahí arriba, o tus ojos a unos centímetros de mí. Desisto en mi estúpida lucha y me rindo ante tu mirada que me atrapa y me hace volver a ser una niña pequeña por unos minutos. Eres como un imán que me atrae con una fuerza demasiado poderosa como para poder resistirme. Por un instante, me siento muy muy pequeña a tu lado. Creo que no te merezco. Eres el regalo más grande que nadie me ha hecho jamás. Sonríes. Me encanta cuando sonríes, y más si lo haces mirandome, porque significa que esa sonrisa es mía. Mía y de nadie más. Ojalá pudiera atrapar este segundo y guardarmelo para siempre. Arranco un poco de hierba y juego con ella. Necesito algo que me diga que esto es real, que estoy despierta y tú estas conmigo. Vuelvo a mirar al cielo. Una estrella fugaz. "¡Rápido, pide un deseo!", me dices. Como si pudiera. Como si necesitara algo más. No necesito pedir ningún deseo, porque lo tengo a mi lado. Noche estrellada. Luna llena. Y la persona que siempre he soñado, a escasos centímetros.



Todo es más bonito en el mundo de los sueños...

miércoles, 27 de abril de 2011

Recta final.

Recuerdo cuando, hace a penas unos años, pensaba en cómo sería mi último mes de instituto. Las últimas clases, las últimas veces que pisaba ese suelo al que tanto me ha costado acostumbrarme. Porque fue muy duro cambiar de colegio, cambiar las caras que veía diariamente, conocer gente nueva y perder (aunque no del todo) el contacto con los que durante 10 años han sido mis compañeros. Pero, hoy en día no me arrepiento. Tenía que suceder así. He conocido a personas maravillosas, aunque debo admitir que a veces me canso de alguna de ellas. Profesores fantásticos (Dios me libre de resultar pedante o pelota) que me han ayudado a saber cuál será mi camino. Y ahora, es la hora. A penas me quedan 10 días de clase y después... después todo acabará. Llegará la temida Selectividad, a la que tengo miedo desde que soy consciente de lo importante que es. Y, por supuesto, llegará la Universidad. A pesar de tener unas ganas enormes de empezar a estudiar lo que realmente me gusta, mentiría si ocultara que estoy asustada. Me da miedo volver a cambiar de compañeros, pasillos, profesores y, sobre todo, dificultad. Estos dos años me han servido para madurar personalmente y saber enfrentarme por mí misma a mis problemas, pero el miedo siempre está ahí. 
Todo va a cambiar. Pasaré a un escalón superior en el que no te conocen por tu nombre y apellidos y donde no te van a ayudar con unas décimas si caes simpático. Un lugar donde tienes que valerte por ti mismo desde el principio, hasta el final. Soy consciente de que mi elección es dura, que me va a costar horas y horas delante de un libro, hincando los codos. Pero, como siempre digo: a mí es que me gustan los retos.

sábado, 23 de abril de 2011

Feliz cumple.

23 de abril. Hoy, una persona muy especial cumple años. Quizá él nunca llegue a entender lo especial que es... pero yo puedo asegurarlo. A día de hoy puedo decir con total certeza que es una de las personas más importanes en mi vida, de esas para las que vas a estar siempre cuando te necesiten, de las que se pueden contar con los dedos de una mano. Porque por mucho que me pique, por mucho que se haga de rogar para quedar, por mucho que no me conteste los sms... es imposible no quererlo al verlo mientras se ríe, y sobre todo, al ver su sonrisa. Esa sonrisa tan tonta que me ha quitado el mal humor tantos días... Y esque por más que lo intento, no puedo cabrearme con él. No sé que tendrá, pero cada vez que lo intento, al rato me rindo y vuelvo a mostrarle la mejor de mis sonrisas, esa que sólo unos pocos saben sacarme. Y esa que, pido a Dios todos los días, que no me falte nunca, que siga disfrutando de ella (y de él) durante mucho más tiempo.
Poco más puedo añadir... en ocasiones como esta, creo que sobran las palabras. Simplemente, felicidades. Y recuerda que, pase lo que pase, cualquier día, a cualquier hora... aquí estoy, donde siempre.


Te quiero, y no sabes cuánto...

viernes, 22 de abril de 2011

Me encanta la hora de irme a dormir. No porque me guste dormir, que también. Sino porque cuando estoy en mi cama, me imagino lo perfecto que sería todo si nuestra relación cambiara un poco. Si cada vez que nos vemos, en vez de saludarnos con una sonrisa y dos besos, me abrazaras para no soltarme en un rato, aunque el resto de la gente nos mire. Si cuando estamos juntos, me sorprendieras de vez en cuando con un beso y un te quiero. Si cada noche me acompañaras a mi casa, y a la media hora me despertara una llamada perdida tuya y yo durmiera tranquila sabiendo que has llegado bien. Que los domingos vinieras a casa a comer, viéramos juntos una peli, te acompañara hasta el portón, y nos despidieramos hasta el día siguiente. Y despertarme los lunes con energía, deseando llegar temprano al instituto para coincidir contigo 5 minutos en la puerta, mientras te fumas tu primer cigarro del día, muy a mi pesar. En cada cambio de clase, mirar a mi puerta y encontrar tu cabeza asomada por el cristal que siempre rompen por mucho que lo arreglen. O subir las escaleras tan rápido que me diera patadas en el culo. Llegar hasta tu puerta, mirarte desde lejos, y observar tu sonrisa una vez que me descubras. Escaparme contigo la media hora del recreo a un rincón donde nadie nos moleste, donde sólo estemos los dos. Y respirar profundamente a las 2 de la tarde, a la salida. Encontrarte en la puerta del instituto fumándote otro cigarro, y que me tires el humo a la cara justo antes de derretirme con un beso suplicando perdón, porque sabes que lo odio, pero me encanta que lo hagas. Acompañarte hasta la parada del autobús, esperar a que llegue, despedirte con un te quiero y un "llámame luego" innecesario, pues lo harás igualmente. Que interrumpieras mi media horita de Dani Mateo diaria en SLQH con tu llamada y "echarte la bronca" por ello, pero que no dejes de hacerlo en toda la semana. Que cuando pasearamos por la calle, intentaras ponerme celosa mirando a otras y en seguida me quitaras todas las dudas con una de esas miradas tuyas que me dejan sin aliento. Y que todo esto se convirtiera en rutina. En una adorable y encantadora rutina.
Pero, por desgracia... los sueños no se cumplen. Aunque los sueñes con los ojos abiertos.

jueves, 7 de abril de 2011

Podría pasar horas mirándote a los ojos y no cansarme jamás. Me gusta ver mi reflejo en ellos. Para cualquier persona pueden parecer unos ojos normales, pero para mí... son los más bonitos que he visto nunca. Me niego a pensar a que todo esto no vaya a llegar a más. No me cabe en la cabeza que todo esto que siento no sirva para nada, tiene que acabar bien. Y no quiero un final feliz, simplemente porque quiero que no acabe nunca...

Que si amar es un error,
quiero equivocarme el resto de mi vida.

jueves, 31 de marzo de 2011

Amor.

Todos hemos experimentado de alguna manera u otra el amor en nuestra vida, independientemente de lo bien o mal que haya acabado. Pero, yo me pregunto, ¿qué es el amor? Jamás llegaré a entenderlo. De un día para otro, empiezas a ver a alguien con otros ojos. Empiezan a gustarte sus defectos, su forma de mirarte, sus pequeñas  manías que lo hacen único. ¿Cómo es posible? Si  hace a penas unas semanas, era un amigo más, importante claro, pero no más significativo que el resto. El amor es mágico, el amor es magia pura. No se puede explicar, simplemente se siente. Dos personas se miran a los ojos y saben lo que están sintiendo, sin necesidad de mediar palabra alguna. 
Sin embargo, si la magia que une a dos personas es tan fuerta, ¿por qué no siempre es recíproca? No sé si me explico. Quiero decir que, por ejemplo, ¿por qué yo no puedo mirarte sin sentir como mi corazón se acelera bajo mi pecho y tú no sientes lo más mínimo? Ojalá pudiera contagiarte de esta locura...

No hay nada que quiera más ahora mismo que ver mis ojos reflejados en los tuyos... y saber que en ese preciso momento, nuestros corazones laten a la misma velocidad, unidos por ese motor mágico que es el amor.

lunes, 28 de marzo de 2011

Ven pronto, te esperamos... mi soledad y yo.

Cuando finges a diario una sonrisa de oreja a oreja, llega un momento en el que te duelen las comisuras de los labios de tanto forzar. Estoy bien, digo a menudo y realmente a a única persona que pretendo engañar es a mí misma. Nunca en toda mi vida había estado tan segura de algo como el día en el que por fin admití que te quería, y que no me iba a rendir jamás, porque te iba a conseguir. Sin embargo, han pasado demasiadas cosas inesperadas que han ido apagando poco a poco la llama de la esperanza.
Pensé que era fuerte, pensé que podría ocultar mis sentimientos delante de los demás. Intenté ilusionarme con otras personas, y no puedo negar que algunos todavía circulan por mi cabeza, pero en el fondo tenía la certeza de que nadie podía llegar a ser jamás como tú. Incluso hubo veces que me autoconvencí de que ya no sentía ese cosquilleo al mirar tus ojos directamente. Ilusa. Ilusa de mí por pensar que podría sacarte de mi cabeza tan fácilmente. Si tanto te costó entrar, ¿qué me hizo pensar que saldrías así, sin más?

Hoy, debo admitir que sigo esperándote. Que sigo esperanzada de que el día menos pensado vengas a mí, me mires a los ojos y me confieses que quieres intentarlo. Y que de ese intento surja una historia tan maravillosa que despierte envidias en todos los que nos rodean. Y de esa historia, derive una vida en común. Años y años compartidos, con sonrisas, besos, abrazos, risas y, por qué no, alguna que otra lágima. Pero que todo sea en tu compañía.
No quiero una historia de cuento, ni siquiera de novela; lo único que quiero es una historia nuestra. Tener una razón por la que despertarme con una sonrisa en la cara cada mañana. Sentir cómo el corazón se me encoge cada vez que me dedicas una mirada.

Y sí, estoy dispuesta a esperar. Esperar sin desesperar. Un día alguien me preguntó que cuánto tiempo era capaz de esperarte, y ¿sabes qué contesté?...
Le esperaría toda la vida, si tuviera que llegar algún día.