Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

Vistas de página en total

domingo, 11 de diciembre de 2011

Y si no lo miras... ¿cómo lo ves?

Llegaste pisando fuerte. Tan fuerte, que tus pasos dejaron unas huellas muy marcadas en la arena de la orilla de mi esperanza. Quería seguirlas, pero se han parado en seco. Sin un destino claro, sin llegar a ningún lugar. Y yo que me empeño en seguir tus pasos, me he caído en la profundidad de esas huellas, y ahora me cuesta tanto salir...

Necesito un pequeño empujón, que alguien me lance una cuerda y me ayude a escalar. Y volver a tierra firme. Para saber si esos pasos por los que me siento atraída sin explicación, han aumentado o no. Saber si puedo continuar recorriendo ese camino que tú mismo marcas o, por el contrario, retroceder y volver al punto de partida, borrando las huellas tras de mí, para no volver a caer en la tentación de seguirlas y descubrir de nuevo que no llevan a ningún lugar.
Quizás lo único que necesite sea tiempo y esté haciendo un mundo de algo insignificante, pero lo cierto es que cada día que paso aquí abajo, sin poder salir de esta profundidad, es un día mas de desesperación, un día mas sin saber que pasa ahí afuera. 

Pero soy consciente de que debo luchar, que no puedo retroceder sin intentar que los pasos aumenten, que puede que esta vez esté en mi mano el destino de este nuevo camino que me sorprendió cuando me había quedado sin alternativas y me disponía una vez más a regresar al camino del dolor...

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario