Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

Vistas de página en total

viernes, 30 de marzo de 2012

Imprescindible como el aire para respirar.

Si tuviera que elegir una etapa de mi vida, sin duda me quedaría con los meses que han transcurrido desde junio del año pasado hasta ahora. Jamás pensé que el cambio sería tan grande, y a mejor. Tenía miedo de lo que me esperaba en esta nueva etapa de mi vida, pero hoy puedo decir a los cuatro vientos que soy inmensamente feliz. 

No puedo imaginar una vida mejor para mí. No concibo mis días sin la rutina a la que ya le he cogido tantísimo cariño. Me es complicado asimilar que, en algún momento de mi vida, tiempo atrás, pudiera tener duda alguna de si ésta era realmente la vida que quería tener. Hoy puedo decir que sí. Que quiero dedicar mi vida a esto. A pesar de los miles de consejos veteranos que reciba sobre el poco tiempo que voy a tener para mí misma cuando todo esto llegue a su fin. Porque quizá, lo que quiero es vivir por y para ésto.

Tampoco puedo imaginar mejores compañeros de viaje que los que tengo. Personas con las que puedo compartir no sólo lo típico, sino también temas personales. Personas que se están convirtiendo poco a poco en grandes amigos. Y con los que quiero seguir compartiendo mis días durante muchos años más.

Lo único que me sale son palabras de agradecimiento para las personas que están haciendo posible que mi sueño se esté convirtiendo en realidad. Siempre supe que jamás me arrepentiría de tomar esta decisión tan importante. Y tengo la intención de disfrutar el camino al máximo. Hasta el final.

martes, 27 de marzo de 2012

A veces, la vida nos juega malas pasadas. Acontecimientos que no esperábamos y que hacen que nos derrumbemos en cuestión de segundos. En ese momento lo único que quieres es entender el porqué, arreglarlo cuanto antes y fingir que nunca ocurrió.
Sin embargo, con el paso del tiempo, encuentras el sentido a todo. Entiendes que todo en la vida tiene su motivo, y que siempre es positivo para las personas a las que afecta. Puede que tarde meses, o incluso años en llegar, pero siempre acabas por comprenderlo.

No temas los malos momentos de hoy, porque serán los regalos de mañana.

domingo, 18 de marzo de 2012

Hoy la ilusión brilla por su ausencia

Sentirse completamente vacía por dentro. ¿Alguna vez lo habéis experimentado? Yo sí, ahora mismo.
Nada me llena. Ni siquiera pensar en lo único que me ilusiona y llena mis días desde septiembre. Ni siquiera idealizar el futuro para tener más ganas de aprender día a día de mi carrera. Ni siquiera evadirme de lo que me rodea encerrándome en el universo paralelo de mis libros y apuntes. Ni siquiera transportarme a un mundo imaginario y ponerme en la piel del protagonista de cualquiera de los libros que adornan mis estanterías.
Ni pensar que tengo a mi lado a gente que confía en mí, que me quiere, y que no me va a dejar caer sola jamás. Y, mucho menos, intentar ponerle cara a mi príncipe azul e imaginar cuándo y cómo lo conoceré.

Pero tranquilos, sólo es una mala racha, un mal día. Mañana todo volverá a la normalidad... A la apasionante y rutinaria normalidad en la que lucho a diario para convertirme en la persona que quiero ser.

domingo, 4 de marzo de 2012

Vale la pena



El destino es demasiado caprichoso. Parece que está esperando el momento exacto en el que dejes de desear algo, para querer dártelo. O para confundirte más aún. Así se las gasta.

Cuando ya estabas decidida a aparcar los sentimientos durante el tiempo que fuera necesario y a centrarte en lo que en esos momentos considerabas lo verdaderamente importante, ocurre algo inesperado que pone todo tu mundo patas arriba. Entonces, te mueres de ganas de recuperar lo que habías aparcado hace tal vez demasiado poco. Y vuelve la magia. Tus ojos tienen un brillo especial difícil de disimular, y los que están a tu alrededor lo notan. 

Y vuelves a encontrarte con la misma sonrisa que hace exactamente dos meses te quitó el sueño durante todas las noches que fuiste capaz de recordarla. Pero esta vez es diferente. Te sientes privilegiada porque esa sonrisa no es robada, y mucho menos es casual. Esta vez ha sido él quien ha querido regalartela libremente, sin ninguna condición.