Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

Vistas de página en total

domingo, 15 de abril de 2012

Vuelvo a sonreír, al veros vivir

A menudo, cometemos el gran fallo de idealizar a las personas y nuestra relación con ellas. Pensamos que van a estar siempre, que por muchos años y por muchas circunstancias que nos separen de lo que fuimos algún día... en realidad siempre seguiremos siendo los de entonces. Y ahí está la gran mentira. No puedes forzar algo que no sale por sí solo. Y es triste, claro que sí. Es muy triste ver cómo personas que lo fueron todo, ahora se han convertido en menos que nada. Ver cómo por mucho que te esfuerces por mantener el contacto, la amistad ha dicho "basta" y todo ha llegado a su fin. Desde ese momento, lo único a lo que podemos aferrarnos es a innumerables recuerdos felices... y sonreír al recordarlos. 
Porque el final no tiene que ser malo. Porque puede que, simplemente, esas personas hayan cerrado un ciclo en tu vida. Quizás han tenido que salir para dejar paso a otros. Pero, al fin y al cabo, y de una manera u otra, son un pedacito de ti. Eres lo que eres gracias a cada uno de ellos, y eso es algo que no debemos olvidar jamás. 
Por eso, nunca, nunca me olvidaré de los que me habéis acompañado en este camino. Tanto los que habéis avanzado conmigo pequeños pasitos, como aquellos que han estado a mi lado durante años, haciéndome ganar años de vida con cada carcajada.


Y luego... luego están los que siempre han estado ahí. Los que no se van ni con agua caliente, y ni ganas tengo de que se vayan. Los que me conocen mejor que yo misma. Ésos que dicen que se pueden contar con los dedos. Afortunadamente, yo creo que a mí me faltan dedos para contar a estas personas.
Tampoco puedo olvidarme de los que llevan ahí muchísimo tiempo, pero que hasta hace relativamente poco no me han calado. Ésos, que me están ganando tan poquito a poco que a penas me doy cuenta. Y que quizá ellos ni sean conscientes. Pues sabedlo, daos por aludidos si estáis leyendo esto.


Lo voy a decir: me hacéis muy feliz, hacéis que me acuerde siempre de lo bueno. Tirando de mí, sabiendo elegir la mejor manera de contarme el cuento.

1 comentario:

  1. Es muy triste, por eso se valoran tanto esas excepciones que no se van ni con agua ardiendo :)

    ResponderEliminar