Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

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viernes, 22 de abril de 2011

Me encanta la hora de irme a dormir. No porque me guste dormir, que también. Sino porque cuando estoy en mi cama, me imagino lo perfecto que sería todo si nuestra relación cambiara un poco. Si cada vez que nos vemos, en vez de saludarnos con una sonrisa y dos besos, me abrazaras para no soltarme en un rato, aunque el resto de la gente nos mire. Si cuando estamos juntos, me sorprendieras de vez en cuando con un beso y un te quiero. Si cada noche me acompañaras a mi casa, y a la media hora me despertara una llamada perdida tuya y yo durmiera tranquila sabiendo que has llegado bien. Que los domingos vinieras a casa a comer, viéramos juntos una peli, te acompañara hasta el portón, y nos despidieramos hasta el día siguiente. Y despertarme los lunes con energía, deseando llegar temprano al instituto para coincidir contigo 5 minutos en la puerta, mientras te fumas tu primer cigarro del día, muy a mi pesar. En cada cambio de clase, mirar a mi puerta y encontrar tu cabeza asomada por el cristal que siempre rompen por mucho que lo arreglen. O subir las escaleras tan rápido que me diera patadas en el culo. Llegar hasta tu puerta, mirarte desde lejos, y observar tu sonrisa una vez que me descubras. Escaparme contigo la media hora del recreo a un rincón donde nadie nos moleste, donde sólo estemos los dos. Y respirar profundamente a las 2 de la tarde, a la salida. Encontrarte en la puerta del instituto fumándote otro cigarro, y que me tires el humo a la cara justo antes de derretirme con un beso suplicando perdón, porque sabes que lo odio, pero me encanta que lo hagas. Acompañarte hasta la parada del autobús, esperar a que llegue, despedirte con un te quiero y un "llámame luego" innecesario, pues lo harás igualmente. Que interrumpieras mi media horita de Dani Mateo diaria en SLQH con tu llamada y "echarte la bronca" por ello, pero que no dejes de hacerlo en toda la semana. Que cuando pasearamos por la calle, intentaras ponerme celosa mirando a otras y en seguida me quitaras todas las dudas con una de esas miradas tuyas que me dejan sin aliento. Y que todo esto se convirtiera en rutina. En una adorable y encantadora rutina.
Pero, por desgracia... los sueños no se cumplen. Aunque los sueñes con los ojos abiertos.

2 comentarios:

  1. geniaal chavala geniaal!

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  2. q bonitoo!! la verdad esq a mi me pasan algunas cosas de verdad jajajaja

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