Sentirse completamente vacía por dentro. ¿Alguna vez lo habéis experimentado? Yo sí, ahora mismo.
Nada me llena. Ni siquiera pensar en lo único que me ilusiona y llena mis días desde septiembre. Ni siquiera idealizar el futuro para tener más ganas de aprender día a día de mi carrera. Ni siquiera evadirme de lo que me rodea encerrándome en el universo paralelo de mis libros y apuntes. Ni siquiera transportarme a un mundo imaginario y ponerme en la piel del protagonista de cualquiera de los libros que adornan mis estanterías.
Ni pensar que tengo a mi lado a gente que confía en mí, que me quiere, y que no me va a dejar caer sola jamás. Y, mucho menos, intentar ponerle cara a mi príncipe azul e imaginar cuándo y cómo lo conoceré.
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