Si supieras lo que me haces sentir...
Si supieras que vuelcas mi mundo en tan sólo un minuto...
Porque, para qué engañarnos, no pienso demasiado en ti a lo largo del día.
Pero cuando me hablas, cuando veo tu foto pequeñita ahí abajo... Se me ilumina el día.
Todas las preocupaciones desaparecen y lo que me angustiaba segundos atrás, carece de sentido. En ese momento sólo existes tú y las tonterías que nos contamos. Tonterías insignificantes, sí, pero que me arrancan sonrisas. Y no precisamente pocas.
Tengo una lucha interna muy grande.
Estoy echando un pulso cabeza-corazón enorme.
Mi corazón se empeña en hacerte un hueco...
Pero no debo, no puedo... ni sé ya lo que quiero.
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