Querido diario:
Hoy, estoy feliz. Una de las personas más importantes de mi vida cumple años. Ella sabe de sobra lo especial que es, pero nunca está de más recordarlo. Si pienso en ella, sólo me sale sonreír. He intentado apartarla de mi vida en algunas ocasiones (¿para qué engañarnos?) pero te aseguro que me arrepiento muchísimo. Porque ahora sé el daño que le hice, y el daño que me hice a mí misma. La amistad no se puede elegir, no es algo opcional, es un sentimiento espontáneo que surge de la nada. Y, si hay algo de lo que estoy segura, es de que la amistad de verdad no puedes encerrarla en un cajón, que por muy lejos que la mandes, siempre vuelve como un boomerang... y que no existe ninguna persona en el mundo que se merezca romper una amistad así.
¿Sabes? Intenté recordar un sólo momento feliz de mi vida en el que ella no estuviera presente, pero me costó mucho darme cuenta de que no lo hay. Quizá no sea capaz de aguantar un concierto de mi cantante favorito, pero ya se ocupa de hacerse de notar en ese día tan especial para mí. No es un reproche, ni mucho menos. Tenemos nuestras diferencias, claro que sí. Ella suele decir que quizá por eso nos llevamos tan bien, porque nos complementamos. Quién sabe.
Si alguien me hubiera dicho cuando la conocí en lo que se iba a convertir... no me lo hubiese creído. En mi mejor amiga, nada menos.
Nos queda mucho por vivir, pero en lo que ya llevamos de camino juntas hemos crecido como personas. Ya no somos las mismas niñas de 14 años que un día se reencontraron y decidieron intentar ser amigas. Hemos aprendido a saber cuándo podemos volver a comportarnos como esas niñas y cuándo no. Hemos intentado llevar el día a día lo mejor posible, haciéndonos un futuro ideal que seguramente poco tendrá que ver con el real. Planeando miles de cosas... juntas. ¿Lo mejor de todo esto? Saber que no hemos recorrido ni la décima parte del camino que nos espera juntas. O quizás no... el futuro es muy incierto, y después de este fin de semana lo sabemos mejor que nunca (¿eh?). Pero por eso mismo quiero disfrutar de ella hoy. Porque aunque me encantaría pasar con ella el resto de mis días, no puedo estar segura de que así sea.
Yo sólo sé que hoy, 7 de noviembre de 2010 no sé lo que sería de mí si ella no estuviera en mi vida. Es su cumpleaños, y ella es la que debe recibir regalos, pero despertarme con ella al lado hoy, ha sido todo un regalo para mí. ¿Nos peleamos? Pues claro. Como las que más. Pero ya nos encargamos de solucionarlo. Porque no aguanto ni 5 minutos enfadada con ella...
Porque, querido diario, si la pierdo... si la pierdo me importaría una mierda que mi equipo descendiera a 3ª regional, que DB se quedara sin voz para el resto de su vida o que nunca pueda llegar a trabajar de lo que siempre he soñado. Porque ella es la lucecita que me muestra el camino en mis días más oscuros. Que la quiero, que la quiero, que la quiero.
Te preguntarás por qué escribo esto en tercera persona dirigiéndome a un diario hipotético. Pues bien, la respuesta no la sé ni yo. Quizás porque si intento dirigirme a ti no me salen las palabras... porque aunque es rotundamente imposible definir un sentimiento así, espero que mis palabras hayan servido concierciarte un poco de lo que eres para mí.
porque, el regalo más grande...
... es lo nuestro para siempre.
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