Sígueme si quieres, pero recuerda que yo tampoco sé el camino...

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Grita.

Muchas veces el mundo no capta tu mensaje porque no lo dices lo suficientemente fuerte.

Si quieres que te oigan, grita.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Si alguna vez mis ojos vuelven a recordarme al mar, que sea únicamente por el color, no por la humedad que haya en ellos.
Si alguna vez vuelvo a mirarte y a sentir mariposas en el estómago, que sea sólo para inmediatamente arrancármelas a puñados y echarlas bien lejos.
Si alguna vez vuelvo a creer en ti, que lo haga para reírme de mi absurda fe ciega.
Si alguna vez vuelvo a caer, que sea para levantarme con más fuerza.

Y que mi sonrisa no se borre ni un sólo instante de mi cara. Porque encontraré a quien haga que mis ojos se humedezcan con risas. Encontraré a quien me devuelva las mariposas, y estoy segura que serán más bonitas y más coloridas. Encontraré a alguien en quien confiar plenamente sin ningún tipo de dudas. Y, por supuesto, encontraré a quien caiga conmigo y me levante todas las veces que sea necesario. 


El tren pasa una vez...

domingo, 16 de diciembre de 2012

Los grandes cambios requieren grandes esfuerzos.

O grandes decisiones. Lo que está claro es que las cosas no cambian por sí solas, que algo tienes que hacer para poner en marcha el cambio. Aunque dé miedo. Aunque no sepas cuál será el resultado. Aunque pierdas la partida.

viernes, 7 de diciembre de 2012


Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,

ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás

y diré las cosas que sé decir
y soñaré los sueños que se sueñan.

Y sé muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.

No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.


(Que Dios me perdone la osadía de quitarle versos a los poemas de Cortázar).