Esas fueron las últimas palabras que
A pesar de que habían transcurrido muchas puestas de Sol desde aquella última que vieron juntos, jamás volvió a ver otra. Y no por falta de oportunidades. Quizá ese fuera el problema: la última la vio con
No podía negar que a menudo le apetecía volver a contemplar otra puesta de Sol, pero el recuerdo de aquel día seguía doliendo demasiado como para reemplazarlo por otro más cercano. El miedo siempre vencía a las ganas, muy a su pesar.
Así pasaron los días, sin puestas de Sol. Sin miradas cómplices, sin mensajes de buenos días, sin sonrisas disimuladas.
Y cuando ya creía que, efectivamente, nada iba a salir bien, un capricho de alguien de ahí arriba la obligó a mirar hacia un lado al que jamás antes había prestado atención. Y de pronto las mariposas despertaron, y por primera vez en mucho tiempo, no hizo nada por volverlas a dormir.
Y de pronto, volvieron las puestas de Sol. Y cualquier recuerdo doloroso vivido con el
Necesitó mucho tiempo para comprobarlo, pero al final descubrió que era cierto. Y ahora, con él a su lado... era consciente que "Todo va a salir bien".
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